Hoy Compartimos: cápsula de verano DIY

Hoy Compartimos es un encuentro mensual de blogs con contenido propio, cada mes nos proponen un tema y nos juntamos todos con nuestras propuestas.

Este mes el tema es ¡Summer time!


Para el verano traigo un DIY. Y , si como yo, guardas papelitos y hojas de recuerdo ¡te va a encantar! A mi me tiene maravillada. Aquí dejo la idea ¡y vosotras lo podéis hacer cómo más os guste!

DIY summer capsule by "I am a Mess"

Se trata de una «cápsula de verano». Es un sitio dónde guardar hojas, tickets, notas, papelitos y detalles que hacen que el verano sea verano. Esas pequeñas cosas, que cuando vas de viaje llenan los bolsillos.

DIY summer capsule by "I am a Mess"

Materiales
– Un par de trozos de madera iguales. Los míos son de un listón de palet
– Dos tornillos largos y sus mariposas
– Papel de seda
– Tijeras de papel
– Algo para pegar, pegamento de papel o washitape (¡o celo!)
– Perforadora de papel
– Sierra y taladro con broca de madera, un poco más grande que los tornillos.

DIY summer capsule by "I am a Mess"

En primer lugar cortar dos maderas del mismo tamaño. (Las mías son de 12,5cm x 6,5cm). Hay que hacerles un agujero a cada lado iguales. Mi consejo es que las juntéis y hagáis los agujeros a las dos maderas a la vez.

¡Y ya están las tapas! Cada uno que las decore como quiera o no las decore para nada.

Yo las lijé un poco, las pinté con chalk (una mano de verde y otra de blanco) y las volví a lijar.

Para las bolsitas hacemos un tubo del doble del largo que queramos. Así nos salen de dos en dos. A mi me hizo gracia coserlas y también hice alguna con washitape ¡cualquier método vale!

Las doblamos por la mitad.

Medimos el centro de la bolsita ya doblada y hacemos un agujero en cada una por la parte de abajo (la cerrada).

¡Ya sólo hay que montar el invento! Metemos los dos tornillos por un lado, luego las bolsitas en uno de los tornillos y cerramos con la otra madera y las mariposas.

Con un sello le puse la fecha y ¡A guardar esos pequeños tesoros de verano!


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Hoy Compartimos: #34 Cupcake de kiwi

Hoy Compartimos es un encuentro mensual de blogs con contenido propio, cada mes nos proponen un tema y nos juntamos todos con nuestras propuestas aquí. Este mes el tema es verdes


¡Y tan verde! Hace un tiempo que tengo parados a mis cupcakes, si me propongo llegar algún día a los 101 ¡más vale que me espabile! Así que cuando nos dijeron que el tema de este mes era «verdes» decidí participar con un «Crochet Cupcake» ¡de kiwi! para la [summer collection] (ahí queda eso) y con este ¡ya son 34!

Kiwi Corchet Cupcake by

Últimamente, el escritorio de mi taller se ha llenado de verde. Al darme cuenta, he decidido presentar a mi querido cupcake verde kiwi en su lugar de creación. Tan ricamente.

 

Además, hoy me he levantado y ¡he visto un futuro mucho más verde!

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Hoy compartimos: Carretera y Manta

Hoy Compartimos es un encuentro mensual de blogs con contenido propio, cada mes nos proponen un tema y nos juntamos todos con nuestras propuestas aquí.

Este mes el tema es calles, caminos y carreteras

Si a alguien le tengo que dedicar esta entrada, es a mis padres, viajeros incansables. Desde que tengo uso de razón, siempre han encontrado alguna excusa, para coger el coche e ir a conocer algún sitio. Cada fin de semana una carretera y un camino nuevos. Sé que un día se fueron a Roma en coche y allí mismo preguntaron por un hotel dónde quedarse. Sé que en varias ocasiones se acercaron a Madrid desde León y decidieron continuar «un poco más» hasta Sevilla.

Cesta de picnic vintage

Las navidades pasadas mi madre me dio algo que a pesar de estar en desuso, se ha ido salvando de todas las purgas… Algo a lo que le tengo mucho cariño: una cesta de picnic de los años 60. Tenía en su día, seis servicios con los típicos platos ambarinos de duralex, e incluso un juego de café. Cuando la vi en el trastero por primera vez, ya estaba esquilmada y apenas quedaban dos tazas testimoniales de lo que algún día fue, pero me encantó.

Nunca he sabido si está en mi cabeza, o es algo que podemos percibir, pero juraría que los objetos tienen cierta vida. Esta cesta – probablemente – ha viajado más que yo.

Cesta de picnic vintage (visto en I am a Mess)

Mi madre me la dio para que «hiciera algo con ella» y después de darle muchas vueltas he decidido hacer algo ¡recuperarla! Voy a hacerle una puesta a punto y a volver a usarla ¡como en sus mejores momentos!

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Hoy compartimos: Libertad… ¡Pintando paredes!

Hoy Compartimos es un encuentro mensual de blogs con contenido propio, cada mes nos proponen un tema y nos juntamos todos con nuestras propuestas aquí.

El tema de este mes es la libertad, y por qué no ¡libertad también es pintar una pared!

A los 13 años me mudé y mi nueva habitación era pequeña y abuhardillada, pero por primera vez, me dieron la opción hacer lo que quisiera con ella ¡me sentí libre! Libre de hacer con mi espacio lo que me diera la gana. La pinté de azul (entonces ya sabía que los colores fríos abren el espacio) con un poco de negro (para que tuviera un tono algo más plomizo, cosas de la melancolía pre adolescente). Luego pinté mi armario, la ventana y las contras de colores, y me hice una estantería con ladrillos que costó cuatro duros. Creo que fue la habitación más bonita que tuve jamás ¡incluso tenía una parra con uvas en la ventana!

Me volví a mudar y cuando reclamé mi derecho de pintar paredes, me dijeron que no. Un día cogí un rotulador gordo y las pinturas de manualidades. Pinté un esqueleto sacando el dedo en una pared, un pseudo graffiti en otra y un degradado en otra pared con tan solo un pincel. Costó horrores taparlo cuando nos fuimos.

En otra casa pinté dos paredes como si fueran ladrillos (luego descubrí el papel pintado). Otra pared morada y otra roja, con brochazos por encima. No es que fuera genial, pero era yo.

Aquellas fotos de los 90(Foto testimonio noventera donde las haya)

Ya con my love pinté una pared de negro en el salón y un intento de esponja en la entrada que alguien definió como «Muy Almodovar». Desde entonces a todo lo horroroso/cutre lo llamamos «Muy Almodovar».

Dice mi churri que a veces me da el viento y me pongo a pintar paredes. Se me olvidan los cuadros y los adornos, pero pinto las paredes y ya sé por qué. me siento libre cuando lo hago.

Como ando metida en la entrada, no podía dejar la ocasión de pintarla.

Si leeis a alguien pro, os dirá que primero hay que dejar la habitación cómo si de la killing room de Dexter se tratara, con cinta de carrocero y plásticos que cubran cada milímetro – Amén de ponerte un traje de protección nivel 5-.

Dexter roomfuente

Pero como aquí somos un poco impulsivos y desastrosos, pasamos de eso. Este tipo de pintura al agua se quita muy bien incluso una vez seca. Pero­ hay que retirar textiles y tener cuidado con las superficies porosas.

No gastar ni un duro es importante para mi (económica y moralmente) y además me encanta el color del estudio y ha sobrado. Total, que gris al canto. Lo demás ya es historia: Primero con una brocha alrededor de las puertas y ventanas, trapo en mano por si la liamos y cinta de carrocero en las esquinas. Luego con el rodillo. Confieso que no tenía a mano cuando me dio el punto, así que usé uno de espuma pequeño. No lo intentes con el gotelé, pero en paredes pequeñas y lisas, no es para tanto.

pintar

Veo demasiado pinterest, así que no podía dejar la pared así de sosa. Le he puesto unas constelaciones, por que me gustan ¡y me da alegría verlas! Me apetecía darle algo de significado, cogí el planisferio y lo puse en una fecha específica. También se pueden pintar constelaciones al tuntún o inventadas y quedan genial. Pero si te apetece hacer algo más fiel, marca primero las constelaciones principales con trocitos de cinta de carrocero o washi, para poder rectificar.

Fui a por un Posca blanco y en la tienda me aconsejaron otro rotulador marca Molotow. Cubre más, es recargable e incluso se pueden hacer mezclas de tintas. Costó al rededor de 3€ (¡y ese ha sido mi único gasto!)

Y lo divertido ¡puntos y líneas! Yo usé una regla, pero a mano alzada puede tener un look muy chulo para una habitación infantil.

pintando estrellas

Últimamente la luz no acompaña para hacer fotos y estas son a contra luz ¡pero ahí va más o menos! (Al natural es más decente, de verdad).

screenshotCon este post participo en Hoy Compartimos, podéis ver muchas más entradas aquí: Compartimos la Libertad

Hoy compartimos: Mascotas

Hace poco descubrí «Hoy Compartimos». Es un encuentro de blogs con contenido propio en el que, desde diferentes perspectivas, abordan un tema común. El último lunes de cada mes nos juntamos con nuestras propuestas. Y no podía llegar en mejor momento ¡el tema de noviembre es «Mascotas»!mascotas

Los que me conocen, aunque sea de vista (voy por la calle flanqueada por dos perros muy dispares) ya saben que me encantan los animales. El que me den libertad para hablar de ellos es casi temerario, podiría estar horas. De pequeña era mono temática e insufrible: yo quería algún animal. Metí en casa hámsters, perros, gatos, e incluso un pollo que compre en el mercado, y no un pollito, sino uno señor pollo. Estuve empeñada en rescatar un murciélago y pegaba – sí, pegaba- a los niños que se entretenían con las lagartijas. Muchos de mis mejores amigos de la infancia han sido vagabundos y venían conmigo cada vez que salía de casa.

A los once años llegó mi primer gato. Fue el momento más feliz de mi vida. Hemos convivido con cinco gatos y tres todavía están con nosotros: La Rubia, Catalina y Salem. A esta locura peluda llegó César hace unos años y luego Noa de rebote. Todos y cada uno de ellos me hacen feliz, con sus manías y excentricidades. Y, por supuesto, ninguno es comprado.

De vez en cuando les dedico una entrada. A Catalina ya la conocisteis y  algún día iré hablando de los demás. Así que para no ponerme muy pesada os voy a hablar de ellos al mogollón.mis peludos

Los gatos  son muy cariñosos, en invierno se pegan todo lo que pueden a nosotros y entre ellos lo que no le gusta nada a César, que es pesado hasta la extenuación, pero necesita su espacio vital. Noa, en cambio, está encantada. Se llevan muy bien entre ellos y se lavan (también intentan lavar a César y tampoco le hace gracia). A Noa la ignoran bastante y es que es tan pequeña que a veces La Rubia, gorda ella, la tira al rozarse. Noa le cede absolutamente todo a los gatos, comida incluida (a Salem le gusta su comida) sin embargo defiende su sitio de César. Pero cuando salimos de casa ella se fija en lo que hace el. Un lío ¿verdad?

Este blog habla sobre todo de DIY, de ganchillo y de mis desvaríos. Justamente este tema entra un poco de refilón ya que pensaba esperar a enero para empezar en «Hoy Compartimos». ¡Pero no podía resistirme a hablar de los peludos que viven con nosotros! Sirva para presentarme al resto de mis compañeras blogeriles en este nuevo encuentro.

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Si te gustan los peludos (o emplumados o escamosos) y quieres ver un montón de ideas y propuestas originales no dejes de pasarte por «Hoy Compartimos» blogfacebook