Hoy compartimos: Carretera y Manta

Hoy Compartimos es un encuentro mensual de blogs con contenido propio, cada mes nos proponen un tema y nos juntamos todos con nuestras propuestas aquí.

Este mes el tema es calles, caminos y carreteras

Si a alguien le tengo que dedicar esta entrada, es a mis padres, viajeros incansables. Desde que tengo uso de razón, siempre han encontrado alguna excusa, para coger el coche e ir a conocer algún sitio. Cada fin de semana una carretera y un camino nuevos. Sé que un día se fueron a Roma en coche y allí mismo preguntaron por un hotel dónde quedarse. Sé que en varias ocasiones se acercaron a Madrid desde León y decidieron continuar «un poco más» hasta Sevilla.

Las navidades pasadas mi madre me dio algo que a pesar de estar en desuso, se ha ido salvando de todas las purgas… Algo a lo que le tengo mucho cariño: una cesta de picnic de los años 60. Tenía en su día, seis servicios con los típicos platos ambarinos de duralex, e incluso un juego de café. Cuando la vi en el trastero por primera vez, ya estaba esquilmada y apenas quedaban dos tazas testimoniales de lo que algún día fue, pero me encantó.

Nunca he sabido si está en mi cabeza, o es algo que podemos percibir, pero juraría que los objetos tienen cierta vida. Esta cesta – probablemente – ha viajado más que yo.

Mi madre me la dio para que «hiciera algo con ella» y después de darle muchas vueltas he decidido hacer algo ¡recuperarla! Voy a hacerle una puesta a punto y a volver a usarla ¡como en sus mejores momentos!

Con este post participo en Hoy Compartimos, podéis ver muchas más entradas aquí o en el Facebook de «Hoy compartimos» aquí

Con la A de Antiguo

Antiguo, Antigüedad, Antigualla… El caso es que sigo con la «operación restauración» ¡No acabo de terminar con algo y aparece otra cosa!

La zona donde vivo es un tanto curiosa, tuvo su auge hacia los 60/70 como zona vacacional madrileña. Pero entre unas cosas y otras se quedó medio abandonada. Todo un lujo, porque si no se hubieran perdido parajes naturales muy ricos.

Ahora con la crisis, algunos apartamentos vacíos (infinítamente más baratos que un «primera línea de playa») vuelven a ser habitados y a la gente le sobran los muebles antiguos. Así que ahí estoy yo, ojo avizor, a ver qué encuentro.

El otro día me encontré con esto. No tengo ni idea de qué es o era ¡pero sé lo que va a ser!

Con éste post participo en el proyecto «de la A a la Z» de Miss Lavanda, a la que he llegado justamente por este proyecto. Un blog muy recomendable ¡y lleno de consejos fotográficos y recursos!

¿Os animáis?

Antes y después de un flexo vintage

¡Otra pieza recuperada para mi operación restauración! (si aún no sabes de qué hablo: Click aquí) Esta vez un flexo vintage.

Se ha portado muy bien mientras lo desarmaba, limpiaba y reajustaba (tenía algunas partes un poco sueltas). También le he renovado el sistema eléctrico y le he añadido color con cable textil.

Es un flexo de aluminio y su diseño bebe directamente de la escuela Bauhaus. Y después de muchos años dando vueltas de caja en caja vuelve a su lugar: El escritorio.

Antes y después de dos mesitas de noche

Como sabéis (y si no os lo digo) estoy tratando de recuperar, reciclar y tirar la cosillas que he ido acaparando y llenan mi trastero «operacionrestauracion» en instagram (si queréis saber a qué me refiero: aquí).  ¡Y por fin tengo las primeras piezas recuperadas!

Estas dos mesitas han sido bastante maltratadas con chinchetas y puntillas, incluso tenían algún roto. La de las puertas, parecía que había estado en una obra. Así que primero las limpié bien de telarañas, hojas, polvo y cosas varias. Les desclavé las puntillas y chinchetas y quité los tiradores que eran todos diferentes.

Las lijé bien para quitar las capas antiguas. Con masilla rellené los agujeros de las puntillas y varios desperfectos que eran demasiado exagerados. También rellené los agujeros de los tiradores que iba a cambiar de sitio. Además, cambié algunos listones que servían de guía, y encolé el listoncillo de la puerta, que estaba roto.

Una vez reparadas y limpias, les di un par de manos de imprimación, lijando entre capa y capa. Y un par de manos de esmalte gris, también lijando entre capa y capa. Forré parte del interior y los cajones con papel adhesivo de rombos blanco y negro…

Luego vino el Epic Fail Fail Win con el chalk paint (si queréis saber qué pasó lo podéis ver aquí). Y para terminar, le di dos manos de cera para protegerlas y les cambié los tiradores por unos antiguos (¡pero nuevos!) de bakelita, de los que estoy enamorada.

¡Muchas gracias a l@s fore@s de facilisimo.com que me han ayudado durante el proceso!

Mi Epic Fail : Chalk Paint

Hay días que todo resulta un desastre… E incluso hay veces que ese desastre se prolonga en el tiempo y en el espacio. En mi caso todo comenzó con la palabra mágica “chalk paint”. La pintura prodigiosa que no necesita ni imprimación ni lijados ni nada. Todo el mundo hablaba tales maravillas que yo creía que comprabas el bote y pintaba solo.

Decidí usar el método de siempre para recuperar mis mesitas de noche… Pero seguía con el run-run en la cabeza. Así que pensé “¿qué mal me hará, dar la última capa con la susodicha?” Sabía que no debía, pero aprovechando una incursión al centro, me acerqué a la única tienda que encontré que la vendía y me llevé un bote. Un botecito… Que para ser de 250ml yo lo veía pequeño. Volvía a casa, con una sospecha en la cabeza “esto es muy pequeño“.

Después de buscar y rebuscar los mililitros del bote, descubro con sumo terror lo que no quería ver: es de 125ml. ¿Cómo voy a pintar dos mesitas de noche con eso? Para muchos será obvio: Cómprate otro. Pero aquí la que escribe, está en bancarrota. Y la compra del primero supuso dos semanas de meditación. Así hago todo desde hace un tiempo. Con cuenta gotas.

Consolándome, me dije: Sólo tienes que pintar por fuera: Te tiene que llegar. Pero en mi fuero interno sabía que no. Cogí mis maravillosas mesitas pintadas con esmero y las torturé con ese blanco cargado de tan mala leche que no podía ser bueno. Y la realidad se hizo patente: Mis pobres mesitas estaban llenas de parchetones y ni de lejos las iba a poder cubrir enteras. Que  no y que no y que no, que de mal rollo no se puede hacer nada. Tropiezo tras tropiezo, no podía más que echar la culpa a la pintura con palabras no aptas para menores. Pintando desaforadamente y repintando. Perdiendo el rumbo de lo que estaba hecho y lo que no. Poniendo más pintura en mis pantalones y el suelo que donde debía. Desastroso… Entré en bucle.

Menos mal que mi pareja, muy zen él y acostumbrado a mis rabietas, estaba preparando la comida. Así que hice una pausa y salí del bucle desastroso en el que me había metido. Con el estómago lleno, más tranquila y con algo más de paciencia he encontrado una solución. E incluso me he dado licencia para hacer algo un poco más creativo. Ahí están mirándome con mala cara por lo que les hice antes. Pero yo creo que se les va a pasar en cuanto les ponga los tiradores y vean lo guapas que están (continuará…).

*Esto no es el final. He descubierto otro sitio con la pintura prodigiosa, que me dan muy buen rollo. Y por ahí, si empezamos bien.

– Edito: Ya podéis ver el desenlace de las mesitas aquí: Antes y después de dos mesitas de noche –

Mesitas de noche para todos

Hace unos días os hablaba de mi propósito para 2014 (fuera lo viejo de mi vida!). Ha pasado un mes, y estoy en plena faena con las mesitas de noche. Los que me sigáis en instagram habréis visto los progresos.

Como todo en la vida, lo primero es documentarse. Mientras decidía si pintar o restaurar, si las dos a juego o diferentes (es que son diferentes), qué tiradores poner, si forrar el interior… Me encontré con multitud de estilos, tiradores, colores y acabados.

Me gusta cuando no ponen mesitas de noche

fuente emmas designblogg vía Áurea en pinterest

fuente My ideal home vía Áurea en pinterest

fuente Trendenser vía Áurea en pinterest

fuente House of Turquoise vía Áurea en pinterest

Pero seamos prácticos… Llevo años con dos mesitas, muy monas. Sin cajones y sin puertas, que a la hora de la verdad están siempre llenas de cosas (e incluso cosas que tengo que quitar cuando vienen invitados, ejem). Así que ¡bienvenidas las puertas y cajones a mi vida!

He visto cómo el color se va adueñando de ellas…

fuente Spoonflower vía Áurea en pinterest

fuente Petit Sweet vía Áurea en pinterest

fuente Look Linger Love vía Áurea en pinterest

fuente L’atelier du papillon vía Áurea en pinterest

Y cómo la madera sigue siendo manteniendo su sitio

fuente Down and out chic vía Áurea en pinterest

fuente Flickr (KatjaR.) vía Áurea en pinterest

fuente Modern findings vía Áurea en pinterest

Muchas de ellas son muebles recuperados. Parece que cada vez más, el reciclaje es tendencia. A mi me parece genial darles una segunda (o tercera, o cuarta…) oportunidad.

Lo que queda clarísimo, es que en lo que a mesitas de noche se refiere ¡no hay nada escrito!

y vosotras/os ¿Qué tenéis al lado de la cama?

– Edito: Ya podéis ver el desenlace de mis mesitas aquí: Antes y después de dos mesitas de noche –

Acerca de Etsy

¿Cómo comenzar todo esto?
Está bastante claro, que lo primero es hacer una tienda. ¿No?
Realmente, quedaría súper bien, que dijera: «Después de mirar muchas plataformas, finalmente me decidí por esta». Pero la verdad, verdadera, es que ha sido más bien al revés. Desde pinteres accedí a Etsy, y desde el principio decidí, que es lo que quiero. Aunque, ciertamente, luego he ido viendo otras plataformas de e-commerce que me parecen muy interesantes.